Un Jefe de Cocina Etzelente (Entrevista)
- El Freddy
- 25 may 2018
- 4 Min. de lectura

Llegue en mi auto a la colonia industrial, una lugar donde se podía percibir paz en cada calle, muy pocas personas y vehículos circulando por sus calles, las casas se veían bastante viejas y grandes, casi te transportaban a otra época de la ciudad, de no ser por los carros recientes y algunos pocos negocios que destacaban sobre las aceras.
Baje de mi auto en una casa con su zaguán abierto de par en par, donde solo un letrero delataba que se trababa de un local donde venden hamburguesas, entre por un pasillo bastante ancho que después se convirtió en un patio algo grande, donde de un lado se ubicaban la parrilla, las freidoras, y una mesa de preparación, y del otro lado dos mesas largas.
Ahí me encontré con el jefe de cocina, con el que tenia ya cita previa para hacerle algunas preguntas en su tiempo libre, Aldo Marcelo, bastante curioso el aspecto que tenían los que trabajaban ahí, pelo largo y barba larga, pareciera que que es requisito para trabajar en ese lugar.
Me acerque a él lo salude y me dijo que salía a descansar en media hora, tome asiento, y lo espere pero no sin antes probar la especialidad de la casa, Una Hamburguesa llamada Etzelente, titulada así por el dueño del lugar Etzel Rivero, media hora después, ya que había terminado de comer y Aldo el jefe de cocina, ya estaba en su descanso proseguí con la entrevista.
Primero lo felicite por la excelente hamburguesa que acababa de comer, y enseguida comencé con las preguntas.
¿Hace cuanto que comenzaste a trabajar en este Lugar?
Empecé hace como 8 años más menos, llevaba dos años navegando por los tormentosos y desenfrenados mares del desempleo y los excesos.
Mia mejor amigo decidió emprender la aventura empresarial sobre una nave con la curiosa forma de una hamburguesa de espesos bigotes y así fue que pues mientras pastaba en un verde prado fui abducido a la aventura.
Conforme Aldo iba contestando la primera pregunta note que él era diferente, y no en el mal sentido, sino que tenia otro modo de ver las cosas, una forma algo diferente, extraña y en momento hasta chusca.
¿Cómo es un día laboral, tienes alguna rutina?
Los días son casi todos iguales, abrimos, atendemos a los clientes, cerramos, para es algo a lo que ya estoy acostumbrado y si hablamos de rutina pues comenzamos a las 4 de la tarde acomodando todos los muebles poniendo las freidoras llamándolas de aceite se hacen las compras se prende el carbón se comienzan a llenar los tuppers con las verduras y condimentos se ponen los manteles servilleteros y condimentos en las mesas si pican los jitomates se cosen las cebollas si hacen falta se preparan salchichas para jochos y cuando todo está listo a las 6 de la tarde abrimos las puertas ponemos aviso en nuestras redes sociales de que ya estamos listos para atenderle y comenzamos con el servicio y así continuamos hasta las 12 de la noche cuando se cierra y se recogen los tuppers se barre se limpia se limpia la parrilla y se cambia al aceite de las freidoras.
Cuando contesto esta pregunta se podía percibir en su mirada la fatiga que estaba por llegar a el al final del día, de solo pensar todo lo que él tenia que hacer como jefe y responsable de cocina, me compadecía de él.
¿Qué es lo que mas te gusta de tu trabajo?
Lo que más me gusta de mi trabajo es picar el jitomate y la cebolla me gusta como se siente cuando el cuchillo corta en rebanas casi perfectas y el sabido casi imperceptible sonido d la piel de la fruta desgarrándose bajo la hoja y en la cebolla es casi lo mismo con el bonus que los ojos lloran y la nariz se hace agua. En general la preparación de alimentos me gusta. Siempre esa emocionante ver el carbón arder o en general ver cosas arder, el sol arder, la piel arder, el mundo arder.
De nuevo me sorprendió Aldo con su respuesta, que en un principio parecíera tan profunda, y hasta un poco poética digna de un amante de la comida, al final termino siendo un extraña y graciosa al ver que las cosas que decía al final simplemente eran para hacer reír a la gente, acompañadle de gestos que revelaban sus intenciones.
¿Que responsabilidades tienes?
Principalmente que estemos listos para atender al la hora de apertura, que se atiendan todos los pedidos en tiempo y orden, así como preparar algunas ordenes y en General vigilar que las cosas salgan de manera etzelentes.
Mientras estaba contestando esta pregunta pude percatarme que aunque el estuviera, en su descanso volteaba de vez en cuando a ver que todo estuviera en orden, y como en casi todas su respuestas traba de sacarte una sonrisa.
¿Que no te gusta de tu trabajo?
Atender a la gente no es algo que disfrute si siento que para esas cosas se requiere vocación un don especial o un súper poder y es que simplemente hay momentos que no tolero a los comensales y sus demandas o simplemente no estoy en el mood aún también me esfuerzo para resistir estoicamente y esbozar la mejor de mis sonrisas ya que es parte del trabajo y sobre todo soy un profesional. Supongo que también tiene que ver que mi personalidad que tiene a lo huraño más rayando en lo mamon pero bueno si el trabajo fuero fácil no pagarían por hacerlo.
Como anteriormente había pasado, en su rostro se reflejaba el enojo y frustración que tenia guardado hasta que pudo disfrazarla y poner al dinero de por medio para relajarse.
¿Alguna vez has tenido algún problema con un cliente?
Si, desde luego que hemos llegado a tener algunas situaciones, muy pocas. Pero nada grave solo algunos mal entendido o reclamos por la demora en el servicio o cosas por el estilo. Siempre existe el error humano que desde luego no lo justifica pero siempre trabajamos por solucionar esos detallas que surgen para evitar al máximo el roce y sobre todo aumentar la calidad en el servicio no solo satisfactoria si no rayar en la excelencia.
Se pudra percibir un poco de indiferencia ante esta situación, pero también confianza, ya que aseguraba que casi no ocurrían este tipo de inconvenientes.
Después de esta ultima pregunta, se disculpo pues ya tenia que volver a trabajar, yo agradecí por el tiempo, y la comida, nos despedimos con un apretón de manos el regreso a la cocina y yo di la vuela y salí del lugar.
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